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Executive Protection Institute

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Protección ejecutiva de funcionarios y celebridades. Evolucionando al concepto de CIRM

Protección ejecutiva, de funcionarios y celebridades… Evolucionando al concepto de CIRM

Protección ejecutiva, protección a funcionarios, protección a celebridades, protección VIP a personas son muchos nombres. Para unos, sinónimos y, para otros, incluso profesiones totalmente diferentes. Hay una gran confusión en los nombres que describen nuestra profesión, acompañados por la confusión metodológica igualmente intensa. Decían los antiguos romanos nomen est nomen para expresar su creencia de que el nombre de algo o de alguien representa su destino y su esencia. Por esto, es muy importante tener adecuadamente definido el nombre de nuestra profesión, ya que de este se deriva también su metodología.

Para empezar, es fundamental definir si se trata de una misma profesión o no, ya que muchos insisten en que la protección ejecutiva, la protección de funcionarios y la protección de celebridades son profesiones distintas. Si bien es cierto que hay diferencias considerables en los recursos disponibles, algunas amenazas puntuales, al igual que la situación legal de los agentes, comparten los mismos objetivos: evitar daños intencionales y no intencionales, proteger la imagen, evitar situaciones incómodas, encargarse de la comodidad protectora, proteger la información sensible y cuidar la parte jurídica; así como las mismas medidas: inteligencia, contrainteligencia, seguridad física y electrónica, vigilancia y contravigilancia, análisis de rutas, avanzadas y logística, protección de cerca, etc. Está muy claro que, al compartir los mismos objetivos y métodos, aun con distintos alcances, se trata de una sola profesión con diferentes subvariantes.

Ahora bien, ¿la definición de protección ejecutiva es adecuada para representar esta profesión? No. Porque, para empezar, no todas las personas que protegemos son ejecutivos, como ya vimos. Por otro lado, en una empresa tenemos muchos ejecutivos, y no todos cuentan con protección, ni mucho menos del mismo tipo, así que el nombre no aplica. Lo mismo vale para el concepto protección a funcionarios. Por otro lado, el nombre protección VIP, acuñado hace muchas décadas, y que por sus siglas en inglés significa “protección a personas muy importantes”, tampoco es adecuado en una sociedad cada vez más horizontal en la que vivimos. Las organizaciones de hoy promueven la equidad y la inclusión, considerando que todas las personas son importantes, por lo que difícilmente aceptarían las distinciones tipo VIP, que pertenecen a otra época. Así mismo, ¿quién y cómo decide quién es muy importante y quién no, y bajo qué criterio? Lo de “protección a personas” tampoco es adecuada, ya que es mucho más vaga que todas las demás y describe menos lo que estamos haciendo. Finalmente, el concepto de “protección de cerca” representa una idea arcaica y peligrosa, ya que se propone repeler las agresiones a un lado del ejecutivo, lo que por definición eleva los riesgos y es, por tanto, la acepción menos pertinente.

Por lo tanto, ¿cuál sería el nombre que más nos acerca a la realidad de lo que estamos haciendo? Las personas que protegemos ya sean ejecutivos, funcionarios, celebridades, luchadores sociales o periodistas, tienen, si les llega a pasar algo, un impacto crítico en los países, organizaciones, grupos sociales y culturales a donde pertenecen, lo que es fácilmente definible y cuantificable. De tal manera que no hay ningún elitismo al definir a alguien como “individuo de impacto crítico” (IIC o CII, por sus siglas en inglés Critical Impact Individual), ya que el impacto se puede calcular de manera relativamente fácil.

¿Podría llamarse, entonces, protección de CII? Tampoco, porque la palabra “protección”, de acuerdo con el Oxford Languages, significa: “acción de proteger o impedir que una persona o una cosa reciba daño o que llegue hasta ella algo que lo produzca.” Proteger implica impedir cualquier daño, o sea, comprometernos a llevar los riesgos a cero. Pero la verdad básica de seguridad en general es que el riesgo cero no existe, por lo que la palabra protección tampoco es adecuada. Nuestro trabajo realmente es manejar y gestionar los riesgos de personas con impacto crítico (CIRM por sus siglas en inglés Critical Impact Individuals Risk Management).

Este nuevo concepto implica un cambio de enfoque, ya que involucra al ejecutivo en primer lugar. Ya no somos los acompañantes de protección que solamente lo siguen y disparan, sino gestores de riesgos (los cuales pertenecen al mismo protegido) que buscan mitigarlos mediante diversas medidas de gestión, en las cuales él o ella y su entorno también participan.

Por supuesto que el nombre comercial de protección ejecutiva perdurará por mucho tiempo; sin embargo, es importante que los profesionales sepan hacia dónde va nuestra profesión; que se acaben las confusiones con respecto a los nombres y las profesiones y que nos identifiquemos como gestores de riesgos que trabajan en conjunción con el cliente y no como simples acompañantes. Esta es la evolución y la integración de la protección ejecutiva, de celebridades, funcionarios y VIP al único concepto de CIRM.

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