Executive Protection Institute

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Protección Ejecutiva y el uso de Arma de Fuego – Estudio de Una Muestra Representativa

Se ha discutido mucho sobre la eficacia de las armas de fuego en la Protección Ejecutiva. Para muchos protectores, así como para los protegidos, las armas significan protección y, además, un requisito indispensable para poder ejercerla. Es por esto que nos dimos la difícil tarea de determinar, con datos y hechos, la eficacia que realmente tienen las armas de fuego dentro de la seguridad ejecutiva en situaciones reales.

Sin embargo, este propósito resulta casi imposible de precisar mediante un absoluto rigor científico, ya que, solamente en México, sería prácticamente inviable contabilizar cuántas personas se desempeñan en esta actividad, entre elementos de seguridad privada, policías complementarias, policías comisionados para cuidar a las personas, militares que realizan estas tareas por encargo oficial, militares en retiro que lo hacen por su cuenta, particulares con o sin portación de arma que prestan servicios sin tener una empresa de seguridad, escoltas de los grandes corporativos y así como los que se denominan choferes escoltas”. Es decir, por principio de cuentas, no tenemos el número preciso de los protectores; no sabemos cuántos de ellos tienen arma o no, ni tampoco el número de eventos totales en los cuales la pudieron haber empleado con o sin éxito.

Sabemos, de acuerdo con el INEGI, que en las últimas tres décadas tuvimos un total de dos mil 877 ejecutivos y funcionarios asesinados, pero ignoramos cuántos de ellos contaban con protectores y cuántos de éstos portaban un arma de fuego. Si esto lo extrapolamos a escala mundial, entonces, hacer un estudio totalmente preciso se torna imposible.

Esta es la razón por la cual decidimos tomar una muestra representativa que nos permitiera obtener un resultado, aunque aproximado, lo suficientemente significativo para determinar el rendimiento que las armas de fuego tienen en la Protección Ejecutiva. Con este propósito, analizamos 131 atentados contra prominentes figuras públicas que se llevaron a cabo durante el siglo XX y lo que va del siglo XXI en 60 países diferentes.

¿Cuáles fueron los criterios para considerar estos 131 casos?  Con el objetivo de que la muestra fuese significativa, se tomaron en cuenta los siguientes aspectos:

  • De carácter universal, ya que los casos son en todo el mundo.
  • Hechos históricamente comprobables y ampliamente difundidos.
  • El número tendrá que ser suficientemente representativo.
  • Que cubran un periodo de tiempo significativo.
  • Debe ser comprobable que las víctimas contaban con un equipo de seguridad armada.
  • Víctimas que sean personas de máximo o muy alto rango en sus respectivos países, o personas con protección oficial asignada por las autoridades (De esta manera se puede presumir que los elementos que les proveyeron la protección fueron debidamente seleccionados y capacitados. Así, las fallas en la reacción no pueden ser atribuidas a una falta de adiestramiento o aptitud, característica de suma relevancia para el presente análisis).

Solamente se han tomado en cuenta los atentados, debido a que los casos de secuestro, de igual forma, serían imposibles de cuantificar. Más aún, resultaría sumamente difícil contar con los hechos históricamente comprobables sobre el desempeño del personal armado en cada caso. Lo mismo aplica para el uso de armas de fuego contra los asaltos fortuitos y otro tipo de problemas semejantes, ya que son todavía menos documentados.

La muestra de los 131 casos universales y comprobables es suficientemente amplia y representativa para mostrarnos qué es lo que los mejores grupos de seguridad armada, en sus respectivos países, lograron hacer en los casos de ataques reales que se dieron a lo largo de más de un siglo y cuál fue la relevancia que tuvieron las armas de fuego para proteger a las personas en todos estos hechos.
Para considerar que en un ataque el uso de las armas de fuego resultó exitoso, el criterio es que éstas debieron ser empleadas de manera oportuna; es decir, que su intervención fue decisiva para que el protegido resultara ileso, pues, de lo contrario, la supervivencia de éste se podría atribuir al azar y no a la efectividad de las armas.

Los casos están divididos en dos partes: en la primera, se encuentran aquellos en donde el atentado no fue consumado por diversas razones, y, en la otra, están los que tuvieron un resultado fatal.

Del estudio se puede observar que solamente en 3.82 % de los casos las armas de fuego fueron decisivas para salvar a los protegidos, de manera que, en este estudio en particular, se muestra la muy poca relevancia que esta herramienta tiene en la protección de ejecutivos y altos dignatarios.

Claro que, como además pudimos ver, es el 3.82 % también significa salvar la vida del protegido, por lo que no debería ser un porcentaje desestimado; sin embargo, las armas de fuego no deben ser consideradas como herramientas principales en la Protección Ejecutiva, ni tampoco el sistema de seguridad de un VIP debe estar centrado en su empleo.

Es importante destacar una vez más que fueron tomados en cuenta solamente aquellos atentados contra cierto tipo de personas y con un tipo muy específico de protectores, sin contar la enorme cantidad de secuestros que azotan particularmente a Latinoamérica.

Por supuesto que no se pretende hacer un estudio definitivo, pero sí se puede dar una idea general sobre el alcance que las armas de fuego tienen en la Protección Ejecutiva. También resulta importante señalar que, por décadas, su preponderancia en esta industria estuvo basada en un mito, o bien en las películas de acción, y no en los hechos ni en los datos duros.

Resulta sorprendente que, en el 9.16 % de los casos estudiados, los atentados fueron frustrados o los atacantes resultaron posteriormente inmovilizados con manos vacías”, ya sea por los protectores o por la misma gente. Estas técnicas fueron usadas contra las personas solitarias que atacaban a las figuras públicas desde la multitud (atentados contra Reagan, Isaac Rabin, Herbert Hoover, Franklin D. Roosevelt, etc.)

Ello no necesariamente quiere decir que las técnicas de combate cuerpo a cuerpo resultan más eficaces que las armas; simplemente mostraron su eficacia para una amenaza específica que estuvo frecuente en el estudio.

Llama la atención también el atentado en contra del candidato presidencial de Colombia, Luis Carlos Galán, quien fue asesinado a pesar de contar con 18 escoltas armados hasta los dientes. Este hecho pone en evidencia que un operativo fuerte no es necesariamente un operativo eficaz.

En conclusión, el presente análisis de muestra representativa le da un valor aproximado de un 3.82 % de eficacia a las armas de fuego en situaciones reales.

Esto significa que en la Protección Ejecutiva el arma de fuego es una herramienta de importancia menor y de poca confiabilidad, sin embargo, no debe ser desestimada, ya que, como vimos, en algunas condiciones, aunque sean pocas, nos puede salvar la vida. Lo importante es enfocar nuestras operaciones en actividades preventivas que nos permitan desactivar los ataques antes de que éstos sucedan y no estar centrando nuestras operaciones en métodos que históricamente no han dado resultados.

Intentos

  1. Eduard, Príncipe de Gales – 1900
  2. Leopold II, Rey de Bélgica – 1902
  3. Alfonso XIII, Rey de España – 1906
  4. Theodore Roosevelt, candidato presidencial EU – 1912
  5. Lenin – 1918 (atacante sometido usando manos vacías)
  6. Georges Clemenceau Primer Ministro de Francia – 1919
  7. Benito Mussolini, Líder de Italia fascista – Abril 1926 (atacante sometido con usando manos vacías)
  8. Benito Mussolini, Líder de Italia fascista – Mayo 1926 (atacante sometido usando manos vacías)
  9. Herbert Hoover, Presidente USA – 1928
  10. Franklin D. Roosevelt, Presidente USA – 1933 (atacante sometido usando manos vacías)
  11. Keisuke Okada, Prime Minister of Japan – 1936
  12. Mohammad Reza Pahlavi, Sha de Irán – 1949
  13. Harry Truman, Presidente Estados Unidos – 1950 (armas de fuego fueron decisivas)
  14. Príncipe Hussein, Príncipe de Jordania – 1960
  15. Konrad Adenauer, Canciller Alemán – 1952
  16. Hendrik Verwoerd, Primer Ministro de África del Sur – 1960 (atacante sometido con manos vacías)
  17. Charles De Gaulle, presidente de Francia – 1961 (manejo de vehículos fue decisivo)
  18. Charles De Gaulle, presidente de Francia – 1962 (manejo de vehículos fue decisivo)
  19. Georgios Papadopoulos, presidente de Grecia – 1968
  20. Leonid Brezhnev, Secretario General de la Unión Soviética – 1969
  21. George Wallace, Candidato Presidencial EU – 1972
  22. Ana, Princesa de Inglaterra – 1974.
  23. Sukarno, Presidente de Indonesia – 1962
  24. Gerald Ford, Presidente de los Estados Unidos – 1975 (atacante sometido con manos vacías)
  25. Isabel II, Reina de Inglaterra – 1981
  26. Papa Juan Pablo II – 1981 (atacante sometido con las manos vacías)
  27. Reagan, Presidente de los Estados Unidos – 1981 (atacante sometido usando manos vacías)
  28. Chun Doo Hwan, Presidente Corea del Sur – 1983
  29. Margaret Thatcher, Primera Ministra Británica – 1984
  30. Augusto Pinochet, Presidente de Chile – 1986 (armas de fuego fueron decisivas)
  31. Wonfgang Schäuble, Ministro de Interior Alemán – 1990 (atacante sometido usando manos vacías)
  32. John Major, Primer Ministro de Reino Unido – 1991 (ventanas blindadas fueron decisivas)
  33. Eduard Shevarnadze, Presidente de Georgia – 1992
  34. Eduard Shevarnadze, Presidente de Georgia – 1995
  35. Hosni Mubarak, Presidente de Egipto – 1995 (armas de fuego fueron decisivas)
  36. Kiro Gligorov, Presidente de Macedonia – 1995
  37. José María Aznar, político español y expresidente del Gobierno – 1995 (vehículo blindado y las fallas de los atacantes fueron decisivos)
  38. Principe Carlos de Gales 1995
  39. Eduard Shevarnadze, Presidente de Georgia – 1998 (Vehículo blindado fue decisivo)
  40. Jacques Chirac, Presidente de Francia, 2002 (atacante sometido con manos vacías)
  41. Hamid Karzai, Presidente de Afganistán – 2002 (armas de fuego fueron decisivas)
  42. Pervez Musharaf, Presidente de Paquistán – 2003
  43. Murat Zyazikov, Presidente de Ingushetia – 2004
  44. Shaukat Aziz, Primer Ministro de Pakistán – 2004
  45. Sheikh Hasina, Primer Ministro Bangladesh – 2004
  46. Ibrahim Rugova, Presidente de Kosovo – 2005
  47. Pervez Musharaf, Presidente de Paquistán – 2007
  48. George W. Bush, Presidente de Estados Unidos y Mikheil Saakashvili, Presidente de Georgia – 2005
  49. Abdullahi Yusuf Ahmed, Presidente de Somalia – 2006
  50. Gotabhaya Rajapaksa, Secretario de Defensa de Sri Lanka – 2006
  51. Dick Cheney, Vicepresidente de Estados Unidos – 2007
  52. Guillaume Soro, Primer Ministro de Ivory Coast – 2007
  53. Abdul Gayoom, Presidente Maldivas – 2008 (atacante sometido usando manos vacías)
  54. Jose Ramos Horta, Presidente de Timor Oriental – 2008
  55. Reina Beatrix, Reina de Netherlands – 2009
  56. Yunus- Bek Yevkurov, Líder de Ingushetia – 2009
  57. Stephen Timms, British Labor MP – 2010
  58. Ali Abdulah Saleh, Presidente de Yemen – 2011
  59. Apha Condé, Presidente de Guinea, (armas de fuego fueron decisivas)
  60. Abdul Ghafoor Haideri, Líder del Senado Pakistaní – 2017
  61. Nicolas Maduro, Presidente de Venezuela – 2018
  62. Omar Garcia Harfuch Jefe de la Policía de la Ciudad de México 2020
  63. Ivan Duque, Presidente de Colombia- 2021
  64. Assimi Goita, Presidente de Mali – 2021 (atacante sometido con manos vacías)
  65. Aleksandar Vučić Presidente de Serbia 2022
  66. Cristina Fernandez de Kirchner vicepresidenta de Argentina
  67. Manuel Macron, Presidente de Francia 2023 (atacante sometido con manos vacias)
  68. Fumio Kishida , Primer Ministro de Japón ( atacante sometido con manos vacías)

Hechos consumados:

      1. William McKinley, presidente de los Estados Unidos – 1901
      2. Francisco Fernando (Franz Ferdinand), Archiduque de Austria – 1914
      3. Sidonio País, presidente Portugal – 1918
      4. Michael Collins, Líder revolucionario irlandés – 1922.
      5. Ahmet Muhtar Zogolli -1924
      6. Alejandro I, Rey de Yugoslavia – 1939
      7. Walter Edward Guinness, Lord Moyne, Ministro de Reino Unido en el Oriente Medio – 1944
      8. Ahmad Mahar Pasha, Primer Ministro de Egipto – 1945
      9. Mahmud Fahmi Nokrashi, Primer Ministro de Egipto – 1948
      10. Abdullah I, Rey de Jordania – 1951
      11. José Antonio Remón Cantera, President of Panama – 1955
      12. Hendrik Verwoerd, Primer Ministro de África del Sur – 1960
      13. Hazza al Majali, Primer Ministro de Jordan 1960
      14. Louis Rwagasore,Primer Ministro de Burundi, 1961
      15. John F. Kennedy, presidente de los Estados Unidos – 1963
      16. Jospeh Bamina, Primer Ministro de Burundi, 1965
      17. Hendrik Frensch Verwoerd, Presidente África del Sur, 1966
      18. Robert F. Kennedy, Fiscal General de Estados Unido -1968
      19. Marthin Luther King, activista afroamericano-1968
      20. Abdirashid Ali Sharmarke, Presidente de Somalia, 1969 
      21. Wasfi al-Tal, Prime Minister of Jordania – 1971
      22. Abdul Rahman, Inspector general de Policía de Malasia – 1974
      23. Francois Tombalbaye, Presidente de Chad,1975
      24. Shaik Mujibur Rajman, Presidente de Bangladesh,1975
      25. Muetala Muhammed, Jefe de Estado de Nigeria,1976
      26. Hans Martin Schleyer, Dirigente empresarial alemán – 1977
      27. MarkenNgouabi, Presidente de Congo,1977
      28. Ahmad bin Hussein al-Ghashmi, Presidente de la República de Yemen – 1978
      29. Aldo Moro ex Primer Ministro de Italia -1978 
      30. Park Chung Hee, Presidente de la Corea del Sur – 1979
      31. Lord Louis Mountbatten, diplomático, oficial de la Marina Real británica – 1979
      32. William Richard Tolbert, Presidente de Liberia, 1980
      33. Anwar el Sadat, primer ministro de Egipto – 1981.
      34. Ziaur Rahman, Presidente de Bangladesh ,1981
      35. Bachir Gemayel, Presidente Electo de Liban, 1982
      36. Mohammad Ali Rajai, Presidente de Irán, 1981
      37. Indira Gandhi, primera ministra de India – 1984
      38. Rodrigo Lara Bonilla, Ministro de Justicia de Colombia – 1984
      39. Thimas Sankara, Presidente de Burkina Faso, 1987
      40. Carlos Mauro Hoyos, Attorney General of Colombia – 1988
      41. Luis Carlos Galan, Candidato Presidencial de Colombia – 1989
      42. James N Rowe, US Asesor militar – 1989
      43. Waldemar Franklin Quintero, Comandante de la Policía de Antioquia, Colombia – 1989
      44. Alfred Herrhausen, CEO Deuche Bank – 1989
      45. Samuel Doe, Presidente Liberia – 1990
      46. Bernardo Jaramillo Ossa, Presidential candidate, leader of the Patriotic Union party – 1990
      47. Rajiv Gandhi, político hindú – 1991
      48. Giovanni Falcone, Juez Anti-Mafia – 1992
      49. Melchoir Ndadaye, Presidente de Burundi 1993
      50. Luis Donaldo Colosio, Candidato Presidencial México -1994.
      51. Juvénal Habyarimana, Presidente de Ruanda – 1994
      52. Yitzhak Rabin, primer ministro de Israel – 1995
      53. Vazgen Sargsyan, Primer Ministro de Armenia – 1999
      54. Luis María Argaña, vice president of Paraguay – 1999
      55. Zoran Djindjic, Primer Ministro de Serbia – 2003
      56. João Bernardo Vieira, Presidente de Guinea 2009
      57. Benazir Bhutto ex Primera Ministra de Pakistan
      58. Ali Abdulah Saleh, Presidente de Yemen – 2017
      59. Alexander Zajarchenko, Presidente Republica Donetsk – 2018
      60. Aristóteles Sandoval, ex gobernador del Estado de Jalisco – 2020
      61. Jovenel Moise, Presidente de Haití- 2021
      62. Shinzo Abe ex Primer Ministro de Japón 2022
      63. Atiq Ahmed ex Primer Ministro de India- 2023

Protection Team Failure Puts German Chancellor Olaf Scholz at Risk

German Chancellor Olaf Scholz has joined the list of world leaders who have experienced failures in their personal protection. This incident, which occurred recently at Frankfurt Airport, has highlighted the vulnerability of world leaders in an increasingly dangerous world. Emmanuel Macron, Iván Duque, Gabriel Boric, King Charles III of England, and many other leaders have experienced similar attacks, demonstrating that the concept of traditional executive protection is outdated and ineffective today.

In the case of Olaf Scholz, an unknown driver joined the convoy of the German chancellor without being detected. The driver managed to reach the runway where Scholz’s aircraft was located and hugged Scholz without his protection agents being able to intervene in time.

It is concerning that despite the large number of vehicles and motorcycles in the chancellor’s convoy, no one noticed the presence of the unregistered vehicle. This demonstrates that a large protection force is not necessarily effective. Instead, smaller, well-communicated groups operating in different circles in the depth of the operational zone can be more effective in detecting anomalies in advance and alerting promptly.

The ineffectiveness of the cumbersome and outdated convoys, these “operational dinosaurs” from the 1960s, has been demonstrated in numerous attacks in recent decades, and this incident at Frankfurt Airport is further evidence of their limitations if other operational elements are not available.

In addition, counter-surveillance operatives were absent in this case, asif there had been a counter-surveillance team, the intruder would have been immediately identified. Finally, it would be redundant to comment on the last-minute reaction failure of the close protection team, since, as statistics show, these groups historically fail practically every time they are tested.

It is important to note that the chancellor’s protection team must be careful not to consider this incident as a “tune-up” for them, as a similar incident occurred a few months before the assassination of Serbian Prime Minister Zoran Djindjic.

In summary, the security failure at Frankfurt Airport involving German Chancellor Olaf Scholz is a sign that the current executive protection system is outdated and needs to be modernized and improved. Diamond formations, weapons, and cumbersome convoys no longer deter attackers. A radical change in understanding and practicing executive protection is required to reduce risks and save the lives of both protectors and protected individuals.

Canciller alemán Olaf Scholz en riesgo: la falla en su protección personal

El canciller alemán Olaf Scholz se ha unido a la lista de líderes mundiales que han sufrido fallas en su protección personal. Este incidente, que ocurrió recientemente en el aeropuerto de Frankfurt, ha puesto en evidencia la vulnerabilidad de los líderes mundiales en un mundo cada vez más peligroso. Emmanuel Macron, Iván Duque, Gabriel Boric, el rey Carlos III de Inglaterra y muchos otros líderes han experimentado ataques similares, demostrando que el concepto de protección ejecutiva tradicional está obsoleto y es ineficaz en la actualidad.

En el caso de Olaf Scholz, un conductor desconocido se unió al convoy del canciller alemán sin que nadie lo detectara. El conductor logró llegar hasta la pista de despegue donde se encontraba la aeronave del canciller y abrazó a Scholz sin que sus agentes de protección pudieran intervenir a tiempo.

Es preocupante que a pesar de la gran cantidad de vehículos y motocicletas que forman el convoy del canciller, nadie se percató de la presencia del vehículo no registrado. Esto demuestra que una protección numerosa no necesariamente es efectiva. En cambio, grupos más pequeños y bien comunicados que operan en diferentes círculos en la profundidad de la zona operativa pueden ser más eficaces al detectar anomalías con anticipación y alertar oportunamente.

La ineficacia de los convoyes aparatosos y obsoletos, estos “dinosaurios operativos ” de los años sesenta se ha demostrado en numerosos atentados en las últimas décadas, y este incidente en el aeropuerto de Frankfurt es una prueba más de sus limitaciones si no se cuenta con otros elementos operativos.

Además, los operativos de contravigilancia brillaron por su ausencia en este caso, ya que si hubiera habido un equipo de contravigilancia, el intruso habría sido identificado de inmediato. Finalmente, sería redundante comentar la falla de reacción al último momento del equipo de protección de cerca, ya que, como lo muestran las estadísticas, estos grupos históricamente fallan prácticamente cada vez que son puestos a prueba.

Es importante señalar que el equipo de protección del canciller debe tener cuidado de no considerar este incidente como una “puesta a punto” para ellos, ya que un incidente similar ocurrió unos meses antes del atentado contra el primer ministro serbio Zoran Djindjic.

En resumen, la falla de seguridad en el aeropuerto de Frankfurt que involucró al canciller alemán Olaf Scholz es una señal de que el sistema de protección ejecutiva actual está obsoleto y necesita ser modernizado y mejorado. Las formaciones diamante, las armas y los convoyes aparatosos ya no disuaden a los atacantes. Se requiere un cambio radical en la forma de entender y practicar la protección ejecutiva para reducir riesgos y salvar vidas tanto de los protegidos como de los protectores.

El Poder de la Contravigilancia: Lo que los Criminales Temen Más que las Armas

La contravigilancia es, sin duda, uno de los métodos más efectivos y menos empleados en la protección ejecutiva. A pesar de ser una técnica ampliamente conocida desde hace mucho tiempo, su potencial es prácticamente desaprovechado en las operaciones de protección ejecutiva.

Los recientes y lamentables atentados en la Ciudad de México respaldan este punto de vista. En ataques como el ocurrido en la casa de Norberto Rivera en 2018, el atentado contra el Secretario de Seguridad Ciudadana, Omar García Harfuch, en 2020; el empresario restaurantero Eduardo Beaven en 2021 y Gabriela Sanches y Ciro Gómez Leyva en 2022; las investigaciones posteriores evidenciaron que las víctimas habían sido objeto de vigilancia hostil por parte de criminales durante meses previos a la agresión, sin ser detectadas a tiempo.

 

Se sabe que un ataque a un ejecutivo dura solo unos instantes, pero la preparación para dicho ataque implica un proceso prolongado de observación y seguimiento al objetivo por parte de los delincuentes, que puede durar meses. La contravigilancia permite detectar y frustrar el ataque en esta fase temprana de observación, evitando así exponer al protegido a riesgos e incertidumbres asociados con la reacción.

La efectividad de la contravigilancia es ampliamente reconocida, incluso por los propios delincuentes. Olivera Ćirković, quien fuera miembro de la famosa banda internacional de los Pink Panthers, sostiene que nunca se sintió disuadida por agentes armados. Sin embargo, si durante la vigilancia previa a una víctima alguien se acercaba y tomaba nota de la matrícula de su vehículo, o la identificaba y preguntaba qué estaba haciendo allí, ella abandonaba inmediatamente a esa víctima..

Según sus propias palabras, la fase más crítica de un ataque, desde su perspectiva como delincuente, no era el momento de la agresión en sí, ya que, para entonces, la víctima había sido estudiada exhaustivamente, encontrándose distraída y en su punto de máxima vulnerabilidad. Por otro lado, los agresores atacaban con el factor sorpresa, ocultando su identidad con pasamontañas, usando vehículos robados y contando con otras ventajas en su favor.

Por esta razón, Olivera señala que el aspecto más crítico para ella no era la agresión final, sino el proceso prolongado en el que observaba y analizaba a la víctima. Durante este tiempo, no podía usar un disfraz, ya que llamaría la atención, y los vehículos que empleaba debían ser legales, lo que los hacía identificables. Su mayor temor era ser observada e identificada por alguien desconocido, a quien no pudiera ver ni saber de su existencia. De hecho, fue así como finalmente terminó siendo arrestada. En consecuencia, queda claro que los delincuentes de alto perfil temen mucho más a la contravigilancia que a las armas.

Si hubiera existido un sistema estructurado de contravigilancia en los casos previamente mencionados, los expertos en esta técnica habrían identificado la presencia de los criminales de la misma manera en que se hizo posteriormente, e incluso de manera más sencilla, ya que contarían con equipos en el campo. De esta forma, se habría neutralizado el ataque meses antes de su ejecución, evitando así pérdidas humanas.

La pregunta que debemos hacernos es: ¿qué más debe suceder para que dejemos atrás las peligrosas fantasías sobre armas y reacción, y orientemos nuestras acciones en la protección ejecutiva hacia métodos de contravigilancia y alerta temprana, evitando de este modo la pérdida de vidas tanto de los protegidos como de sus protectores?

La Ruleta Rusa de la Reacción en Protección Ejecutiva: Reflexiones sobre la Trágica Pérdida de un Escolta en Uruapan

La noche del 21 de abril de 2023, en Uruapan, Michoacán, un tiroteo cobró la vida de un escolta mientras defendía a su ejecutivo de un delincuente que intentaba despojarlo de su vehículo.

En los últimos dos años, solo en México, se han registrado dos escoltas fallecidos, un ejecutivo muerto y cuatro escoltas heridos debido a la adopción imprudente de tácticas que involucran agentes armados en vehículos no blindados. Este enfoque aumenta los riesgos en lugar de mitigarlos, ya que el riesgo de pérdida de un reloj o vehículo (asegurado) se convierte en riesgo de pérdida de vida tanto para el ejecutivo como para su protector. He discutido este tema ampliamente en un artículo anterior:

Nunca solicitar choferes armados en vehículos sin blindar, por favor

La semana pasada, un ejecutivo perdió la vida en una cafetería en Tulum, México, durante un tiroteo que estalló cuando intentaron defenderlo con armas de fuego, frente a un intento de robo de su reloj. Hoy en día, el reloj y el vehículo siguen intactos, pero un escolta y un protegido han fallecido en dos incidentes distintos con situaciones similares: enfrentar robos con armas de fuego mientras el ejecutivo está presente.

En todos estos casos, los protectores actuaron valiente y decididamente, siguiendo su capacitación y creencias. La responsabilidad no recae en ellos, sino en quienes los contratan, capacitan y envían a trabajar sin proporcionarles una comprensión integral de la profesión y las herramientas necesarias para realizar su labor de manera efectiva. Está más que comprobado que el uso de armas de fuego, por si solas, no solo es insuficiente, sino perjudicial en algunas situaciones. Los clientes no deben esperar ahorrar dinero contratando escoltas armados para no invertir en vehículos blindados, ya que este aparente ahorro puede resultar trágico. Armas de fuego y los vehículos blindados son dos herramientas distintas que se usan con distintos fines y no se puede usar una para substituir o ahorrar la otra.

Además, resulta irracional e inhumano que el cliente vea como aceptable arriesgar su vida y la vida de su protector por el valor de un reloj o el deducible de un vehículo asegurado, al enfrentar un robo con armas de fuego.

Para preservar vidas en el campo de la protección ejecutiva, es fundamental que tanto los protegidos como los protectores adquieran conocimientos sólidos en lo que denominamos el Compás de la Protección Ejecutiva. Los cuatro puntos cardinales de este compás son: Inteligencia, Contravigilancia, Logística Protectora y Alerta Temprana; y en su núcleo se encuentra la colaboración con el ejecutivo, lograda a través de nuestras habilidades de comunicación y persuasión. Solo entonces esta profesión será más segura tanto para los protegidos como para los protectores.

Macron y Kishida

Casos Macron y Kishida : La importancia del diseño operativo para una reacción eficaz

En los últimos años, la seguridad de diversos líderes mundiales ha enfrentado tiempos difíciles, con numerosos atentados e incidentes graves que han evidenciado serias brechas en la protección de dignatarios de alto rango. Por lo tanto, los eventos de la semana pasada suponen un estímulo positivo para quienes trabajamos en el ámbito de la protección ejecutiva.

El primer incidente tuvo lugar en Ámsterdam el 12 de abril, durante la visita del presidente francés Emmanuel Macron, quien ostenta el desafortunado título de “Presidente más golpeado”, ya que en poco más de un año ha recibido dos bofetadas en actos públicos, ante la mirada impotente de su equipo de seguridad. Afortunadamente, esto no sucedió en los Países Bajos. Cuando Macron llegó y salió de su vehículo (un momento que en protección ejecutiva denominamos “la costura”) para saludar al alcalde de Ámsterdam, dos personas corrieron hacia él, pero fueron interceptadas y neutralizadas por los agentes antes de acercarse al mandatario. Este éxito de la protección anticipada, logrado al detener la amenaza relativamente lejos del ejecutivo, ilustra el adagio de nuestra profesión: “Lo que agrupa no protege, lo que extiende asegura”. Mientras que la protección agrupada alrededor del presidente no evitó las bofetadas, la protección extendida detuvo la agresión de manera oportuna en este caso. Se trata de una estrategia básica, sencilla y efectiva, y aquí tenemos un claro ejemplo de la “costura reforzada”. Personalmente, preferiría eliminarla, pero funcionó bastante bien en este contexto. Si deseas aprender más sobre “las costuras”, te invito a ver este video:

Mientras tanto, al otro lado del mundo en Japón, aún reponiéndose del asesinato del ex primer ministro Shinzo Abe el año pasado, un diseño operativo sólido y la rápida reacción de su equipo de protección salvaron al actual primer ministro Fumio Kishida de un ataque con un artefacto explosivo el sábado 15 de abril en el puerto de Wakayama. El joven atacante, desde unos 10 metros de distancia, arrojó una bomba de humo que cayó cerca del gobernante, quien fue rápidamente protegido y evacuado mientras los agentes de seguridad y, según informes de prensa, pescadores locales sometían al agresor. Por su pronta respuesta, podemos suponer que estos pescadores eran lo que denominamos “agentes sombra”. El hecho de que el atacante no pudiera acercarse demasiado, que fuera neutralizado inmediatamente por agentes visibles (y posiblemente encubiertos) y que el líder fuera evacuado rápidamente demuestra una planificación y logística muy superior a la del trágico caso de Shinzo Abe. Aunque algunos podrían argumentar que si se tratase de otro tipo de bomba, el resultado hubiera sido distinto, es importante tener en cuenta el estricto control de armas en Japón y las condiciones culturales relacionadas. Shinzo Abe también fue atacado con un dispositivo casero. Si bien siempre hay espacio para críticas y mejoras, lo más relevante es que, tras una rápida intervención de los equipos de seguridad, el protegido, los protectores y los espectadores resultaron ilesos, lo cual es digno de elogio.

En ambos casos analizados, podemos observar que la efectividad de la respuesta depende de un diseño operativo bien planificado y una logística adecuadamente implementada. Se contó con agentes no solo cerca del ejecutivo, sino también en la profundidad del área operativa, lo que permitió una intervención inmediata tanto para salvaguardar al protegido como para neutralizar a los atacantes. Se cumple la premisa anteriormente mencionada : “Lo que agrupa no protege; una formación extendida asegura”.

Es relevante mencionar que en ambos incidentes, los agresores fueron neutralizados utilizando técnicas de manos vacías. Un estudio histórico que abarca 129 casos de ataques a figuras públicas prominentes en 60 países durante los últimos 123 años, indica que las técnicas de sometimiento y control resultaron efectivas en el 11.63% de los casos, casi el triple en comparación con las armas de fuego. Esto no implica necesariamente que las técnicas de combate cuerpo a cuerpo sean más efectivas que las armas; simplemente mostraron su eficacia frente a ciertos tipos de amenazas que aparecieron con frecuencia en el estudio.

Por lo tanto, es esencial que los profesionales de la protección dediquen tiempo suficiente al desarrollo de estas habilidades, ya que, sin duda, pueden ser de gran utilidad en situaciones de riesgo.

Cuando la protección ejecutiva se vuelve letal: El caso del empresario David González y la necesidad de reformular los servicios de protección

El asesinato del empresario David González o cómo el riesgo de un reloj se convierte en riesgo de perder la vida

El lunes 10 de abril, a plena luz del día, en una cafetería de la zona turística de Tulum en México, David González Cuéllar, un empresario regiomontano, fue asesinado cuando su escolta usó su arma de fuego para defenderlo de los asaltantes que querían despojarlo de su lujoso reloj marca Rolex.

Este lamentable ejemplo muestra que la implementación indiscriminada de las armas de fuego en la protección ejecutiva a menudo eleva significativamente los riesgos en lugar de reducirlos. En este caso, el riesgo inicial de perder un reloj se convirtió en la pérdida de vida del ejecutivo. También recuerda a la tragedia del empresario mexicano Adolfo Lagos, quien murió en un tiroteo cuando sus escoltas intentaron salvarlo de ser despojado de su bicicleta.

Los servicios de protección se contratan para reducir riesgos y salvar vidas, pero en la práctica, como podemos ver, a menudo ocurre lo contrario. Esto se debe a una gran falta de conocimiento por parte de todos los involucrados, pero principalmente por los usuarios del servicio. Los ejecutivos a menudo consideran que al tener un acompañante armado, todos sus problemas de seguridad desaparecen mágicamente sin la necesidad de tener ninguna otra medida de protección ni precaución alguna. Asimismo, todavía hay muchos asesores y directores de seguridad que piensan de manera muy similar.

He escuchado diversos argumentos que dicen que las armas se usan en el 98% de los ataques a los ejecutivos, por lo que su implementación es indispensable en las tareas de protección. Evidentemente, esto es falso. El hecho de que las armas de fuego sean muy efectivas para el ataque no significa que sean efectivas para la defensa, como lo pudimos ver en este lamentable ejemplo. Asimismo, en un análisis histórico de 125 casos de ataques a prominentes figuras públicas en los últimos 123 años en 60 países, las armas de fuego solo fueron efectivas en el 4,03% de los casos.

También el célebre refrán aplicado como argumento refiriéndose al arma: “es mejor tenerla y no necesitarla que necesitarla y no tenerla” queda refutado en este caso, ya que el primer problema es saber realmente cuándo se necesita y cuándo no el uso del arma. Si el protector de David González no hubiera tenido o intentado usar su arma en estas condiciones, lo más seguro es que el resultado hubiera sido menos trágico.

Tener acompañantes armados como la única medida de protección se ha mostrado ineficaz y peligroso. En los últimos 9 meses, solo en México, fueron asesinados 7 ejecutivos y 8 de sus escoltas.

Carlos Bildmart, Salvador Llamas, Sully Ponce, Gabriela Sánchez, Fernando Urbano Castillo, Jesus Alberto Navarro y David González Cuellar son los nombres que constituyen la trágica y alarmante lista de los usuarios de la protección ejecutiva que perdieron sus vidas desde agosto pasado en México, junto con ocho colegas nuestros.

Para evitar que esta lista sea aún más larga, debemos reformular los servicios de protección ejecutiva, empezando por una intensa y constante capacitación de los usuarios, es decir, los ejecutivos y sus familias. Asimismo, actualizar y reforzar la capacitación de los asesores y directores de seguridad en la materia de protección ejecutiva, ya que son los factores clave en la implementación de estos servicios. La protección ejecutiva debe adoptar nuevas formas, métodos y herramientas y dejar de ser identificada solo con los acompañantes armados.

Por último, es importante subrayar una vez más que no estamos en contra del uso de las armas en nuestra profesión, sino en contra de su uso indiscriminado y como el único recurso. Si las armas se implementan en una operación, dependerá de un estudio cuidadoso en cada uno de los casos que determine si son necesarias, si reducen o aumentan los riesgos en cada caso particular y cuáles serían los protocolos de su aplicación en cada operación específica.

La mayoría de las medidas más usadas en la protección ejecutiva no reducen significativamente los riesgos.

Si alguien intentara vender dos llantas y un volante como si fuera un vehículo completo, seguramente se convertiría en objeto de burla, ya que nadie en su sano juicio estaría dispuesto a pagar el precio completo de un auto solamente por algunas de sus partes, por más importantes que estas sean, pues, por sí solas, no cumplen con la función de trasladar personas de un punto a otro, como sí lo haría el auto completo.

Sin embargo, justamente esto es lo que ocurre muy a menudo en la protección ejecutiva, en donde se ofrecen solamente algunas partes del sistema de protección, partes muy importantes, sin duda, pero que por sí solas no reducen los riesgos para los ejecutivos quienes las contratan sin conocer sus verdaderos alcances.

Las medidas que no reducen los riesgos (o no lo hacen significativamente) por sí solas son:

1.Arma de fuego.

De acuerdo con estudios, su alcance en condiciones reales es un poco mayor al 5 %, lo cual, en efecto, podría salvar una vida, pero es muy poco para bajar los riesgos a un nivel óptimo. A su vez, en ciertas condiciones y en ciertas zonas de operación, las armas de fuego pueden elevar los riesgos en lugar de reducirlos. Muchos consideran que su ventaja principal es la disuasión, y esto es cierto, en el caso de delincuentes de poca monta, pero no si consideramos a los grupos criminales bien organizados. El arma de fuego puede reducir los riesgos significativamente en conjunto con otras medidas, mas no por sí sola.

2. Un solo chofer a veces mal llamado “chofer escolta”.

Un solo chofer, ya sea armado o no, y aun con el debido entrenamiento, no puede reducir significativamente los riesgos, ya que por sí solo no puede manejar con efectividad las “costuras”. Esto lo comprobó de forma lamentable el asesinato del empresario mexicano Martín Rodríguez, ocurrido en enero de este año en la Ciudad de México.

3. Centro de control, GPS, botón de pánico, equipo de reacción.

No cabe duda de que un centro de control y monitoreo es absolutamente necesario y representa la base para cualquier operación de protección ejecutiva, pero, por sí solo, no reduce riesgos. En el caso de un ataque, nos va a dar información precisa de dónde y a qué hora ocurrió y mucha más información invaluable para después poder investigar y, eventualmente, en el caso de que se trate de un secuestro, dar con el paradero del ejecutivo, o apresar a los delincuentes, pero, su uso aislado no evita que el ejecutivo sea atacado.

Este centro, por lo regular, siempre está conectado con las autoridades y/o tiene un equipo propio para reaccionar en el caso de emergencia. Todo esto es muy útil, pero su empleo por sí solo no ayuda a prevenir ni a reducir el riesgo de que el ataque ocurra. Si tomamos como ejemplo el atentado en contra del Secretario de Seguridad Ciudadana, Omar García Harfuch, quien tenía a toda la policía de la ciudad bajo su mando, y la cual llegó realmente muy rápido, nos percatamos que todo esto no fue suficiente para evitar que tanto el secretario fuera gravemente herido y que dos escoltas y una transeúnte resultaran asesinados. Si esto pasó con el máximo mando de la policía, no podemos esperar mucho de un equipo de reacción particular, por muy bueno que sea. El ataque dura solo unos instantes, mientras que el equipo de reacción puede tardar varios minutos en desplazarse, según sea el caso. Esto puede ser muy útil a la hora de auxiliar al ejecutivo al cambiar una llanta (que no es un caso menor) o algo semejante, pero no para reducir los riesgos de un atentado, robo o secuestro.

Medidas que sí reducen los riesgos:

  1. Inteligencia.

Proporciona información sobre delitos de mayor impacto que pueden afectar al ejecutivo, señalando los lugares y los horarios en los que son más frecuentes en las zonas de la operación. Esto permite evitar lugares y horarios de mayor riesgo e implementar medidas adicionales para reducir la exposición y la vulnerabilidad. Si el centro de control es alimentado con esta información, se pueden reducir los riesgos frente a diferentes delitos.

  1. Contravigilancia.

El ataque a un ejecutivo dura solo unos instantes, pero su preparación implica tanto una observación como un seguimiento prolongados de la víctima que puede durar meses, como lo vimos en los ataques en contra de Norberto Ribera, Omar García Harfuch y el más reciente en contra del empresario restaurantero Eduardo Beaven. La contravigilancia detecta y desactiva el ataque en esta fase temprana de observación sin exponer al protegido a los riesgos y a la incertidumbre que implica la reacción.

Como prueba de esto, se citan las palabras de Olivera Ćirković, exlíder de la famosa banda internacional Pink Panthers: “Si durante el proceso de observación y estudio de la víctima nos abordaba un agente de seguridad para preguntarnos lo que hacíamos ahí, o si tomaba nuestras placas vehiculares, de inmediato desistíamos de este objetivo”.

Olivera fue juzgada por ser organizadora del grupo criminal que cometió 116 ataques espectaculares en contra de instalaciones y personas en 35 países.

  1. Intervención y alerta temprana.

Las operaciones de alerta temprana detectan los puntos en donde se ubican los agresores minutos antes del ataque y los intervienen con anticipación descubriéndolos en su fase de espera, así se pone en alerta al equipo de protección y se evita que el ejecutivo entre en la trampa.

  1. Vehículos blindados.

Según sea el caso y la necesidad, los vehículos blindados con un chofer debidamente entrenado reducen significativamente los riesgos durante los traslados.

De este breve análisis podemos ver que las medidas más “populares”, las más vendidas, como el arma, el “chofer escolta”, el GPS y el grupo de reacción no reducen los riesgos, mientras que la contravigilancia, la alerta temprana y otras medidas que realmente reducen los riesgos no se usan o tienen una participación mínima en el mercado de la protección ejecutiva.

Solamente una combinación de todas las medidas previamente citadas, y también de acuerdo con un estudio de seguridad debidamente desarrollado para cada caso, pueden llevar a los riesgos a un nivel óptimo para hacer de la protección ejecutiva una profesión más segura para todos.

Protección ejecutiva de funcionarios y celebridades. Evolucionando al concepto de CIRM

Protección ejecutiva, de funcionarios y celebridades… Evolucionando al concepto de CIRM

Protección ejecutiva, protección a funcionarios, protección a celebridades, protección VIP a personas son muchos nombres. Para unos, sinónimos y, para otros, incluso profesiones totalmente diferentes. Hay una gran confusión en los nombres que describen nuestra profesión, acompañados por la confusión metodológica igualmente intensa. Decían los antiguos romanos nomen est nomen para expresar su creencia de que el nombre de algo o de alguien representa su destino y su esencia. Por esto, es muy importante tener adecuadamente definido el nombre de nuestra profesión, ya que de este se deriva también su metodología.

Para empezar, es fundamental definir si se trata de una misma profesión o no, ya que muchos insisten en que la protección ejecutiva, la protección de funcionarios y la protección de celebridades son profesiones distintas. Si bien es cierto que hay diferencias considerables en los recursos disponibles, algunas amenazas puntuales, al igual que la situación legal de los agentes, comparten los mismos objetivos: evitar daños intencionales y no intencionales, proteger la imagen, evitar situaciones incómodas, encargarse de la comodidad protectora, proteger la información sensible y cuidar la parte jurídica; así como las mismas medidas: inteligencia, contrainteligencia, seguridad física y electrónica, vigilancia y contravigilancia, análisis de rutas, avanzadas y logística, protección de cerca, etc. Está muy claro que, al compartir los mismos objetivos y métodos, aun con distintos alcances, se trata de una sola profesión con diferentes subvariantes.

Ahora bien, ¿la definición de protección ejecutiva es adecuada para representar esta profesión? No. Porque, para empezar, no todas las personas que protegemos son ejecutivos, como ya vimos. Por otro lado, en una empresa tenemos muchos ejecutivos, y no todos cuentan con protección, ni mucho menos del mismo tipo, así que el nombre no aplica. Lo mismo vale para el concepto protección a funcionarios. Por otro lado, el nombre protección VIP, acuñado hace muchas décadas, y que por sus siglas en inglés significa “protección a personas muy importantes”, tampoco es adecuado en una sociedad cada vez más horizontal en la que vivimos. Las organizaciones de hoy promueven la equidad y la inclusión, considerando que todas las personas son importantes, por lo que difícilmente aceptarían las distinciones tipo VIP, que pertenecen a otra época. Así mismo, ¿quién y cómo decide quién es muy importante y quién no, y bajo qué criterio? Lo de “protección a personas” tampoco es adecuada, ya que es mucho más vaga que todas las demás y describe menos lo que estamos haciendo. Finalmente, el concepto de “protección de cerca” representa una idea arcaica y peligrosa, ya que se propone repeler las agresiones a un lado del ejecutivo, lo que por definición eleva los riesgos y es, por tanto, la acepción menos pertinente.

Por lo tanto, ¿cuál sería el nombre que más nos acerca a la realidad de lo que estamos haciendo? Las personas que protegemos ya sean ejecutivos, funcionarios, celebridades, luchadores sociales o periodistas, tienen, si les llega a pasar algo, un impacto crítico en los países, organizaciones, grupos sociales y culturales a donde pertenecen, lo que es fácilmente definible y cuantificable. De tal manera que no hay ningún elitismo al definir a alguien como “individuo de impacto crítico” (IIC o CII, por sus siglas en inglés Critical Impact Individual), ya que el impacto se puede calcular de manera relativamente fácil.

¿Podría llamarse, entonces, protección de CII? Tampoco, porque la palabra “protección”, de acuerdo con el Oxford Languages, significa: “acción de proteger o impedir que una persona o una cosa reciba daño o que llegue hasta ella algo que lo produzca.” Proteger implica impedir cualquier daño, o sea, comprometernos a llevar los riesgos a cero. Pero la verdad básica de seguridad en general es que el riesgo cero no existe, por lo que la palabra protección tampoco es adecuada. Nuestro trabajo realmente es manejar y gestionar los riesgos de personas con impacto crítico (CIRM por sus siglas en inglés Critical Impact Individuals Risk Management).

Este nuevo concepto implica un cambio de enfoque, ya que involucra al ejecutivo en primer lugar. Ya no somos los acompañantes de protección que solamente lo siguen y disparan, sino gestores de riesgos (los cuales pertenecen al mismo protegido) que buscan mitigarlos mediante diversas medidas de gestión, en las cuales él o ella y su entorno también participan.

Por supuesto que el nombre comercial de protección ejecutiva perdurará por mucho tiempo; sin embargo, es importante que los profesionales sepan hacia dónde va nuestra profesión; que se acaben las confusiones con respecto a los nombres y las profesiones y que nos identifiquemos como gestores de riesgos que trabajan en conjunción con el cliente y no como simples acompañantes. Esta es la evolución y la integración de la protección ejecutiva, de celebridades, funcionarios y VIP al único concepto de CIRM.

Protección Ejecutiva: el riesgo de las armas dentro del vehículo blindado

Los que nos dedicamos a la protección ejecutiva, por muchos años, hemos llegado a escuchar sobre varios casos en los cuales los agentes de protección armados dentro de los vehículos blindados al estar ante una agresión y al entrar, por consecuencia, en el estado de “super estrés”*, sacan su arma y abren fuego, poniendo en peligro a todos los ocupantes del mismo y debilitando, a su vez, el blindaje del vehículo.

Uno de estos casos ocurrió hace algunos años en una feria cerca de la Ciudad de México, en donde el protector, al estar acosado por una multitud, entro en un estado de estrés elevado y accionó su arma dentro de la unidad blindada. Lamentablemente, como la mayoría de los fenómenos que ocurren en la proteccion ejecutiva, estos casos también han sido anecdóticos, poco documentados y, por ende, de poca credibilidad. Muchos colegas comentaban que los protagonistas de estos incidentes no han sido capacitados; que son personas improvisadas, sin experiencia en las situaciones de riesgo; que todo este fenómeno no es digno de estudio y que tener armas de fuego en los vehículos blindados es perfectamente seguro.

Sin embargo, el lamentable atentado en contra del Secretario de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, Omar García Harfuch, ocurrido en el 2020, vino a romper muchos conceptos que dábamos por hecho en la protección ejecutiva, entre ellos, el concepto de las armas dentro de las unidades blindadas. De acuerdo con el testimonio que dio el Secretario a los medios de comunicación, fue él mismo quien trató de repeler la agresión desde su unidad blindada: “García Harfuch aseguró a Latinus que trató de disparar a sus atacantes; sin embargo, al tratarse de un vehículo blindado, sus balas quedaron atrapadas en el parabrisas.”**

Omar García Harfuch es un policía de carrera con una amplia trayectoria, un excelente entrenamiento y una comprobada experiencia en combate, por lo que no podríamos decir que la acción tomada se debió a la falta de capacitación o la experiencia, sino a los límites psicofisiológicos que tiene el ser humano al entrar en situaciones límite, en las cuales la reacción (o la no reacción) puede ser tan sorprendente como impredecible, independientemente de la experiencia o del entrenamiento previo del agente. Es por esto que la tendencia del agente de protección, bajo alto estrés, de elevar el riesgo, disparando dentro de la unidad blindada, se ha denominado “el efecto Harfuch”, por ser el caso más documentado y más representativo de este fenómeno en la protección ejecutiva.

Podemos ver que los métodos y las herramientas más emblemáticos en la protección ejecutiva “funcionan” mientras no pasa nada, pero cuando se ponen a prueba en situaciones reales, como las que vivimos en Latinoamérica, no solo se muestran poco útiles, sino también peligrosos.

Ninguna herramienta en la protección ejecutiva, arma incluida, puede ser aplicada por default, ni por políticas corporativas, ya que puede elevar los riesgos. En cada caso se debe aplicar un cuidadoso estudio que incluya diversos factores (“el efecto Harfuch” incluido) para determinar la aplicación de las medidas adecuadas en los momentos y lugares adecuados. Solo así podemos hacer que la protección ejecutiva sea una profesión más segura tanto para los protegidos como para los protectores.