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Executive Protection Institute

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Los riesgos de la obediencia incondicional en Protección Ejecutiva: el peligroso ‘Si Patrón’

Protección Ejecutiva es probablemente la única profesión basada en usos y costumbres, improvisaciones, sesgos cognitivos y muy pocos estudios e investigaciones serias. La profesión pudo funcionar así por décadas en muchos países, ya que no pasaba nada y no se veía lo ineficiente y peligroso de esta pseudo metodología. Lamentablemente, México ya no es uno de estos países y solamente en el último año aquí fueron asesinados 9 ejecutivos y 15 de sus escoltas.

Uno de los conceptos que contribuye a este resultado funesto es sin duda
el “Si Patrón”. En este concepto, los escoltas básicamente siguen al ejecutivo, hacen lo que él o ella les diga, sin tener influencia alguna sobre las actitudes y/o actividad del protegido, algunos de los cuales elevan exponencialmente sus riesgos haciendo imposible protegerlos. Tal y como lo demostraron las mencionadas 24 lamentables muertes en México en el último año.

La mortal metodología “Si Patrón” se basa en tres premisas que son falaces total o parcialmente:

1. Estamos contratados para facilitar la vida del ejecutivo.
2. El que paga manda. El ejecutivo no aceptará las sugerencias, ya que él paga y se hace lo que él quiere.
3. No podemos cambiar el estilo de vida del ejecutivo.

Estos argumentos parecen contundentes si no fuera por los funestos resultados de su aplicación. Pero analicemos:

1. No estamos contratados para facilitar la vida de los ejecutivos, sino para gestionar y reducir sus riesgos. Si bien es cierto que muchas de nuestras actividades como “by product” facilitan la vida del ejecutivo, esto no es nuestro objetivo principal. Estamos contratados porque un estudio de seguridad demostró que el ejecutivo es vulnerable a ciertos riesgos, los que él mismo entiende y acepta, y nosotros estamos implementando las medidas necesarias para mitigarlos. De no ser así, nos llamaríamos “azafatas ejecutivas” y no protección ejecutiva. Ahora bien, es verdad que muchas actividades de comodidad del ejecutivo que podemos realizar ayudan a reducir los riesgos como lo explicamos en este video:

pero también hay muchas otras actividades de la misma naturaleza que pueden elevar los riesgos si se efectúan indiscriminadamente.

2. En la protección ejecutiva no aplica “el que paga manda”. Nuestra profesión es la actividad donde las vidas dependen de los protectores de la misma manera que las vidas de los pasajeros dependen del piloto de un avión, y ningún pasajero se pone a dar las órdenes al piloto de cómo dirigir el aparato, a pesar de que pagaron el boleto, o incluso si se tratase del mismísimo dueño de la aerolínea.

3. Nadie pretende cambiar el estilo de vida de los ejecutivos, solamente hacer los ajustes logísticos necesarios para gestionar sus riesgos. Esto son dos cosas muy distintas. Aquí algunos ejemplos: el empresario Adolfo Lagos fue asesinado en 2017 cuando sus escoltas trataban de defenderlo de un asalto mientras manejaba su bicicleta en una ruta con altos índices de este delito. Cambiarle el estilo de vida sería haberle dicho que deje de practicar ciclismo. Sugerirle una ruta con menores índices delictivos sería un ajuste logístico que reduce los riesgos solamente sin afectar el estilo de vida en si. El empresario Martín Rodríguez fue asesinado en 2021 al salir del gimnasio. Cambiar el estilo de vida sería haberle dicho que deje de ir al gimnasio. Sugerirle otras instalaciones que no implican tanta “costura” sería un ajuste logístico solamente. (Claro, por lo visto en este último caso muchas otras cosas serían requeridas).

La lista de las lamentables muertes causadas total o parcialmente por el concepto “Si Patrón” es muy larga. Es por esto que la Protección Ejecutiva moderna empieza estableciendo la colaboración del propio cliente. Por supuesto, esto requiere un nuevo conjunto de habilidades que son la comunicación, negociación y persuasión del usuario, algo muy distinto de las habilidades reactivas que tradicionalmente se relacionan con nuestra profesión.

Los ejecutivos, en su mayoría, son personas inteligentes y capaces que entienden las razones y conceptos bien fundamentados. Esto es un proceso de negociación y aceptación por convencimiento, no la imposición. Al menos, estas son nuestras experiencias de operar con los ejecutivos en LATAM durante casi 30 años. Claro, siempre habrá colegas que no puedan, no sepan, no quieran o simplemente no les interese este tipo de trabajo. Sin embargo, por lo visto en México solamente en el último año, lograr la colaboración con el ejecutivo no tiene alternativa para salvar vidas, tanto de los protegidos como de los protectores.

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