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Executive Protection Institute

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Balacera en Zapopan: empresario salvado por el Ejército.

A poco más de un mes del asesinato del empresario mexicano Carlos Bildmart en Cuautla, Morelos, frente a una escuela primaria, en donde también fallecieron dos de sus escoltas, se desató otra balacera en Zapopan, Jalisco, cerca del exclusivo centro comercial The Landmark Guadalajara. Las impactantes imágenes de horror que vivieron los ciudadanos inundaron las redes sociales.

Los hechos ocurrieron el domingo 2 de octubre a las 17:20 horas cuando un grupo de sicarios intento aparentemente secuestrar a un empresario cuya identidad, hasta el momento en que se escribe este artículo, no ha sido revelada. Un escolta perdió la vida y seis personas más resultaron lesionadas de entre los agresores y ciudadanos, que se encontraban en el momento y lugar equivocados.

Las primeras versiones periodísticas señalaron que un fuerte grupo de entre diez y doce sicarios con armas de alto poder llegaron en varias camionetas e intentaron secuestrar a un empresario; sin embargo, sus escoltas repelieron la agresión y, cuando los atacantes huían, se enfrentaron a una patrulla del Ejército mexicano, lo que provocó otra refriega. Esta versión, aunque poco creíble para los especialistas, circuló (e inclusive todavía sigue circulando en varios medios de comunicación) como verdadera, no obstante, fue desmentida el lunes 3 de octubre por la mañana por el gobernador del Estado de Jalisco, Enrique Alfaro: Twitter (click)

En su cuenta oficial de Twitter, el gobernador de la entidad publicó un video en donde informa que un grupo de integrantes del crimen organizado efectivamente iba a secuestrar a un empresario que estaba comiendo en dicho centro comercial. La primera acción de los criminales fue atacar a balazos al vehículo escolta en donde presuntamente se encontraban los protectores del empresario y en donde uno de ellos lamentablemente perdió la vida. En ese momento una patrulla del Ejército mexicano que casualmente pasaba por la zona reaccionó y se enfrentó sorpresivamente con los criminales, quienes después de una extensa balacera lograron huir, en su mayoría. Esto le permitió al empresario, objetivo del ataque,  escapar sin sufrir daño alguno.

Los agresores tenían el armamento, la ventaja numérica necesaria, el factor sorpresa y el plan estructurado de eliminar primero a los protectores y después secuestrar o asesinar el empresario; sin embargo, fueron sorprendidos por el Ejército y no les quedó más que escapar en medio de una fuerte balacera.

Hasta este momento no hay suficiente información para un análisis más profundo, ya que no se sabe oficialmente la identidad del empresario, si tenía o no nexos o problemas con el crimen organizado; tampoco sabemos cómo los sicarios supieron del lugar en donde se encontraba el empresario, si era su rutina o no, si fue seguido por los delincuentes o alguien filtró información, etc. No obstante, esta lamentable situación ya nos da varias enseñanzas que ojalá apliquemos para prevenir más muertes:

Los criminales ya no tienen escrúpulos ni código alguno. Atacan frente a las escuelas y centros comerciales poniendo en peligro a los niños y a las personas inocentes, así que ya no hay lugares “intocables”.

Trabajar solamente el círculo cercano es mortal. Lo vimos en el caso del atentado en Cuautla y ahora de nuevo. Personal del Ejército mexicano actuó accidentalmente como segundo círculo de seguridad sigiloso que sorprendió a los agresores, a los que no les quedó más que huir, pues de lo contrario, los protectores no habrían tenido oportunidad, como lo señaló Ricardo Sánchez Beruben, Coordinador General Estratégico de Seguridad del Estado de Jalisco. Necesitamos expandir nuestro alcance operativo en diferentes círculos, lo cual no implica meter más personal ni más recursos, sino capacitar a los existentes y darles los procedimientos y las técnicas específicas para realizar nuevas tareas que generen un servicio más eficaz y discreto.

Los lamentables hechos demuestran algo que se ha repetido muchas veces: rotular los vehículos escolta no hace más que elevar el riesgo de sus ocupantes y comprometen la ejecución adecuada de las tareas de protección. Asimismo el uso de estos vehículos debe ser mucho más flexible y versátil para que sean más efectivos.

Seguramente pronto tendremos más información, sin embargo, si sacamos los aprendizajes de lo que pudimos ver hasta ahora, podremos mejorar significativamente las condiciones operativas y la seguridad tanto de los protegidos como de los protectores.

 

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