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Executive Protection Institute

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Las 7 claves del asesinato del comisario en Zapopan

El 13 de noviembre, en Zapopan, Jalisco, México, se produjo el asesinato del comisario Carlos Manuel Flores Amezcua, quien ocupaba el cargo de Subdirector Operativo de la Comisaría de Zapopan. Ese mismo día, los videos explícitos de su lamentable ejecución se difundieron ampliamente en las redes sociales.

Alrededor de las 10 de la mañana, en la terraza de la cafetería Ganik, ubicada en la avenida Patria, se encontraban cuatro personas sentadas en dos mesas diferentes: un hombre y una mujer en cada mesa. En una de las mesas, la pareja parecía estar trabajando en una laptop. Cuando el comisario ingresó al establecimiento, de espaldas a los comensales, las cuatro personas sacaron sus armas y lo asesinaron, huyendo rápidamente del lugar. Se menciona que Carlos Flores contaba con un escolta, pero este no aparece en ninguno de los videos y se desconoce su actuación.

No contamos con suficiente información para analizar a fondo este lamentable evento, sin embargo es importante destacar algunos elementos importantes:

1. El comisario llegó al lugar sin preocupaciones y sin tener conciencia de ninguna amenaza. Esto se evidencia en su falta de una seguridad robusta, la cual hubiera sido necesaria en caso de conocer la amenaza. Incluso su escolta, que se menciona que tenía, estaba ausente. Esto confirma la jocosa pero cierta frase que dice “si no estás paranoico, no significa que no te estén siguiendo”. La “sana” paranoia es necesaria en puestos de alto riesgo como el del comisario.

2. No se sabe con certeza por qué el comisario acudió a esa cafetería, pero según fuentes periodísticas, era su lugar habitual para tomar café. Esto demuestra una vez más que la víctima fue seguida y su comportamiento fue analizado durante un tiempo prolongado, sin que él ni su escolta detectaran nada.

El Poder de la Contravigilancia: Lo que los Criminales Temen Más que las Armas

3. El ataque ocurrió nuevamente en una “costura” , lo que destaca la importancia de analizar y fortalecer estos puntos claves en el trabajo operativo.

4. La llegada conjunta del protector y el protegido en el lugar resulta inútil, ya que en ese momento no se puede hacer mucho. Esto se evidenció de manera aún más clara en el atentado contra Carlos Bildmart. Es vital que los protectores estén en lugares y horarios críticos mucho antes de la llegada del protegido. Aunque los asesinos estuvieran perfectamente camuflados, la presencia anticipada de los “agentes sombra” podría haber detectado el despliegue logístico de los atacantes, que involucraba más vehículos y, según informes periodísticos, más delincuentes fuertemente armados en una de las camionetas.

El asesinato de Carlos Bildmart: las armas no son la solución.

5. No podemos combatir amenazas no convencionales con métodos convencionales. Si ellos están camuflados, nosotros también debemos estarlo.

6. Se dice que la rutina mata, pero sabemos que no es fácil eliminar ciertas rutinas de nuestros protegidos. Por esta razón, la comunicación y la capacidad de persuasión con los protegidos deben fortalecerse.

7. La logística es crucial y debe consensuarse con el usuario. En este caso, se observa que hay un riesgo sobre otro riesgo, es decir, tener rutinas es crítico, pero tenerlas en un lugar tan expuesto como esa cafetería multiplica los riesgos. Para los delincuentes, la facilidad de la huida es una de las partes más importantes al planear un ataque, ya que buscan reducir sus propios riesgos. La cafetería se encuentra en una avenida y su ubicación ofrece todas las ventajas logísticas a los atacantes, tanto para la huida como para desplegar vehículos y camuflar otros. Para los protegidos elegir cuidadosamente los lugares, especialmente aquellos frecuentados, es esencial para reducir los riesgos. Es evidente que los agresores son profesionales y bien organizados , y no debemos facilitarles las cosas aún más teniendo un lugar de rutina tan favorable para un ataque.

En resumen, este lamentable atentado se suma a la triste cifra de 14 ejecutivos y 29 escoltas asesinados en poco más de un año. Debemos cambiar nuestra forma de operar y enfocarnos en anticiparnos y desactivar los ataques en su fase de preparación y así hacer que nuestra profesión sea más segura tanto para los protegidos como para los protectores

Atentado en el Día de Muertos: Protección Ejecutiva más allá de los acompañantes armados

En un trágico atentado ocurrido en el Panteón Parque Memorial Los Cipreses, ubicado en Naucalpan, México, durante la conmemoración del Día de Muertos, dos personas perdieron la vida y otra resultó herida. Según informes de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México, el objetivo del ataque fue el empresario Francisco Xavier “N”, de 41 años, quien falleció en el lugar, mientras que su escolta perdió la vida en camino al hospital.


De acuerdo con testimonios recabados por la policía municipal, el empresario ingresó al cementerio acompañado por una mujer y su escolta, quien portaba un arma. Sin embargo, el ataque fue sorpresivo y el escolta no tuvo oportunidad de responder. Dos individuos armados, presuntamente en motocicleta, comenzaron a disparar, lo que resultó en la muerte del empresario y del escolta, dejando herida a la mujer. Los agresores se dieron a la fuga tras el incidente.

Este trágico asesinato se suma a una preocupante estadística en México, donde en los últimos 14 meses, 13 protegidos y 29 de sus escoltas han sido asesinados. Este hecho pone de manifiesto la falsa sensación de seguridad que se puede tener al contar únicamente con escoltas armados. Incluso diez protectores armados con armas largas no pudieron evitar la emboscada que acabó con la vida del Secretario de Seguridad Pública de Coyuca de Benítez, Alfredo Alonso López.

Es evidente que la protección ejecutiva no puede basarse únicamente en la presencia de acompañantes armados. Los números mencionados anteriormente demuestran que esta estrategia no solo resulta inefectiva, sino que también puede generar una falsa sensación de seguridad. Es necesario adoptar un enfoque integral que incluya una evaluación adecuada de las amenazas y la implementación de múltiples medidas que reduzcan la exposición del protegido al riesgo y desactiven los ataques antes de que se acerquen al cliente en términos de tiempo y espacio.

La protección ejecutiva debe ser una profesión que inspire confianza y brinde seguridad tanto a los protegidos como a los protectores. Es hora de reevaluar los métodos actuales y adoptar enfoques más efectivos para gestionar de manera adecuada los riesgos de aquellos que requieren protección. Solamente a través de una evaluación adecuada de las amenazas y la implementación de múltiples medidas que reduzcan la exposición del protegido al riesgo y desactiven los ataques de manera anticipada, podremos hacer que esta profesión sea más segura tanto para los protegidos como para los protectores.

Protección Ejecutiva: una inversión mortal en la reacción

En los últimos 14 meses, en México han sido asesinados 12 protegidos y 28 de sus protectores, convirtiendo la protección ejecutiva en una de las profesiones más mortales tanto para quienes la ejercen como para quienes la contratan. Ante esta situación, los responsables han cometido el error de tratar de aumentar el número y el armamento de los escoltas, sin comprender que un atacante decidido no se verá disuadido y que en una emboscada, la ventaja siempre está del lado del atacante y no del defensor. Esta estrategia equivocada ha llevado a lamentables hechos, como el ocurrido la semana pasada en Guerrero, México, donde dos mandos policiales y hasta diez escoltas armados con armas de alto poder fueron asesinados en una emboscada. Todo esto se debe a una comprensión errónea que resulta en una inversión equivocada.

Durante el EP Summit 2022 en la Ciudad de México, el reconocido director de seguridad corporativa del sector bancario, Fernando Gómez, planteó una pregunta crucial a sus colegas panelistas:

“¿Cuánto invierten, en términos porcentuales, en las medidas implementadas para evitar un ataque en comparación con las medidas implementadas para reaccionar en el momento del ataque?”

Esta pregunta es crucial, ya que proporciona la respuesta a todos los problemas que enfrenta la Protección Ejecutiva. Los presupuestos en nuestra profesión suelen gastarse en agentes, armamento, equipo, vehículos, respuestas a emergencias, blindajes y entrenamiento en armas y combate. Estas medidas ocupan la mayor parte de los presupuestos limitados con los que cuentan los responsables de seguridad.

Sin embargo, si analizamos estas medidas, nos damos cuenta de que todas se utilizan en el momento en que el ataque ya está ocurriendo: los agentes actúan cuando hay un ataque, las armas se utilizan en el momento de la agresión, lo mismo ocurre con el blindaje y la respuesta a emergencias, que obviamente se da en momentos de crisis. Además, el entrenamiento se centra únicamente en la respuesta en situaciones críticas. Algunos podrían argumentar que estas medidas son disuasorias y, por lo tanto, también preventivas. Sin embargo, a la luz de los hechos mencionados, es evidente que la disuasión en nuestro país tiene cada vez menos efecto.

Entonces, ¿cuánto del presupuesto se destina a medidas, herramientas y capacitación enfocadas en evitar que ocurran estos eventos?

La respuesta es nada o casi nada, y esto explica los trágicos resultados mencionados al inicio del artículo. Además, en todos los atentados ocurridos en los últimos cinco años en América Latina, desde los ataques contra Norberto Ribera y Omar García Harfuch en México hasta los asesinatos de Fernando Villavicencio y Agustín Intriago en Ecuador, es evidente la falta de inversión en inteligencia, contra vigilancia, alerta temprana, logística protectora y otras medidas de protección anticipada que podrían haber detenido estos ataques antes de que ocurrieran, lejos de las víctimas en tiempo y espacio.

Durante años, muchos en la protección ejecutiva han seguido el adagio de que “el santo que no es visto, no es adorado”, inferiendo que un sistema de protección debe ser vistoso para ser efectivo. Sin embargo, no existe ningún dato duro ni hecho científico que respalde este concepto. Por el contrario, a lo largo de los últimos 123 años en todo el mundo, la protección vistosa ha fallado prácticamente cada vez que ha sido puesta a prueba en condiciones reales, con resultados trágicos. Si continuamos invirtiendo únicamente en operativos vistosos enfocados en reaccionar en el último momento, seguiremos enviando a nuestra gente al matadero.

Claro que no quiero decir que no debemos invertir en medidas reactivas, porque por supuesto que sí debemos hacerlo. Cada medida debe ser aplicada después de un estudio previo que determine su necesidad. Sin embargo, quiero enfatizar que la inversión debe ser equilibrada, cubriendo tanto las medidas de prevención como las de reacción ante una agresión.

Medidas como la inteligencia, la contravigilancia y la alerta temprana son indispensables para desactivar las amenazas de manera anticipada. Estas medidas pueden implementarse de diversas formas, con un presupuesto mucho menor que el requerido para las medidas reactivas, y son mucho más efectivas y seguras.

El panorama trágico de la protección ejecutiva en México exige un cambio inmediato y radical en la forma en que la entendemos y operamos. Debemos enfocarnos en las medidas de anticipación y desactivación temprana de las amenazas, en lugar de esperar pasivamente una emboscada en la que las probabilidades de supervivencia son mínimas o nulas. Solo así lograremos que nuestra profesión sea más segura tanto para los protegidos como para los protectores.

La tragedia de la protección ejecutiva en México: El mito de los operativos numerosos y armados cobra 12 vidas

En un trágico acontecimiento para la protección ejecutiva en nuestro país, el pasado lunes 23 de octubre, en el Poblado de Papayo, México, el Secretario de Seguridad de Coyuca de Benítez, Alfredo Alonso López, y el director de la Policía, Honorio Salinas Garay, fueron asesinados en una emboscada, junto con hasta 10 policías que actuaban como sus protectores.

Este incidente se ha convertido en uno de los atentados más sangrientos y mortales registrados hasta la fecha. Es una prueba lamentable de que un operativo numeroso y fuertemente armado por sí solo no es efectivo. Incluso con 10 protectores armados con rifles de alto poder, no se pudieron salvar vidas ni proteger a los ejecutivos ante un enemigo bien organizado y una emboscada cuidadosamente planificada y ejecutada.

 

Esto se debe a un sesgo mortífero que hace que los protegidos, los protectores y algunos administradores de seguridad piensen erróneamente que la protección ejecutiva se basa en las armas y la reacción, a pesar de que no hay evidencia científica que respalde este hecho; más bien todo lo contrario. Según estudios a nivel internacional, las armas y la reacción fallan en un 96.2% de los casos cuando se ponen a prueba en condiciones reales. Sin embargo, la mayoría de los esquemas de protección actuales se construyen como si estas herramientas tuvieran una efectividad del 100%.

Protección Ejecutiva y el uso de Arma de Fuego – Estudio de Una Muestra Representativa

Este sesgo mortífero ha causado, solo en México y en los últimos 14 meses, la muerte de 12 ejecutivos y 28 de sus escoltas, lo que suma un total de 40 muertes en poco más de un año. Esto convierte a la protección ejecutiva en una profesión altamente mortal tanto para los proveedores del servicio como para los usuarios, y todo debido a una concepción y práctica equivocada.

Es importante entender que simplemente colocar cualquier cantidad de escoltas en un vehículo seguidor con cualquier tipo de armamento no es eficaz y, de hecho, puede generar una falsa sensación de seguridad. Si el atacante no se ve disuadido por el número de protectores y el armamento, como sucedió en este caso y en muchos otros, el resultado será fatal.

En cuanto al evento a que nos referimos , no tenemos suficiente información para realizar un análisis profundo. Sin embargo, lo que evidentemente falló o no existió es lo siguiente:

1. Inteligencia: no se tenía conocimiento sobre los movimientos y actividades de los grupos hostiles en la zona de desplazamiento, a pesar que los protegidos eran altos mandos policiales con acceso a información privilegiada.

2. Contrainteligencia: los agresores evidentemente contaban con información crítica sobre los lugares de desplazamiento, horarios, armamento, estado de fuerza de los protectores, etc., lo que les permitió llevar a cabo el ataque de manera contundente. Esta información no estuvo debidamente protegida ni manejada.

3. Alerta temprana: llevar a cabo una emboscada capaz de neutralizar a 10 agentes fuertemente armados requiere de una gran movilización y despliegue logístico y operativo, lo cual debería haber sido detectado fácilmente en las horas previas al ataque, en lugares específicos a lo largo de la ruta. Si el equipo de protección hubiera conocido e implementado este tipo de operativos anticipados, la preparación del ataque se habría detectado mucho antes y se habría evitado que los protegidos cayeran en la trampa.

4. Por último, es importante destacar una vez más que los policías sin una preparación especializada en protección ejecutiva no son eficaces e incluso pueden resultar contraproducentes.

Es urgente cambiar la metodología basada en la reacción y la protección cercana para adoptar sistemas basados en la anticipación y la desactivación temprana de las amenazas. Solo de esta manera podremos tener una profesión más segura tanto para los protegidos como para los protectores

El asalto frustrado al canciller chileno: Un contraste entre la mentalidad policial y la seguridad ejecutiva

 

El canciller chileno, Alberto van Klaveren, sufrió un intento de asalto a su automóvil alrededor de la medianoche del sábado 9 de septiembre, del cual salió ileso. Los hechos ocurrieron en las inmediaciones de su domicilio,en el momento de su llegada, mientras estaba en compañía de su conductor y una escolta policial. Dos atacantes descendieron de un vehículo, uno de ellos amenazando con un arma de fuego, momento en el cual la mujer escolta extrajo su arma y abrió fuego. Según CNN Chile, los atacantes no dispararon, mientras que otras fuentes periodísticas indican que la policía realizó 13 disparos, hiriendo levemente a uno de los atacantes en el hombro, frustrando así el asalto. Los delincuentes contaban con otros tres cómplices que no participaron activamente en el delito.

Evidentemente, la actuación de la mujer policía fue efectiva, ya que tanto el canciller como ella misma resultaron ilesos y el asalto fue frustrado. Ella actuó de acuerdo con su formación y entrenamiento, obteniendo buenos resultados.

Sin embargo, es importante destacar que tanto la actuación como la estructura operativa fueron diseñadas desde el punto de vista de la fuerza pública y no de la Protección Ejecutiva. A menudo escuchamos noticias de cómo un policía frustró un asalto a un negocio, banco o a un transeúnte. Pero el método de trabajo enfocado a frustrar un ataque en curso no debe aplicarse en la protección ejecutiva, ya que se requiere que el ejecutivo ya esté bajo ataque, y eso es precisamente lo que se busca evitar en nuestra profesión.

No cabe duda de que, al repeler el ataque accionando su arma, se elevó la apuesta, ya que el riesgo de perder un bien material se convirtió en el riesgo de verse involucrado en un fuego cruzado y poner en peligro la vida del canciller. En los últimos seis años, en México, donde este delito es mucho más frecuente que en Chile, tres protegidos perdieron la vida en fuego cruzado cuando sus escoltas trataron de defenderlos de asaltos similares. En el mismo periodo también 3 escoltas perdieron la vida y cuatro resultaron heridos en las mismas circunstancias.

Cuando la protección ejecutiva se vuelve letal: El caso del empresario David González y la necesidad de reformular los servicios de protección


Al repeler el asalto en esta circunstancia, el protector involucra inevitablemente a su protegido en una ruleta rusa con grandes posibilidades de perder la vida, ya que, por muy capacitado que sea el protector, siempre hay un sin número de factores que inciden y que están fuera de su control.

El enfoque de la Protección Ejecutiva es evitar un ataque, no esperarlo para reaccionar, lo cual ha sido la filosofía de trabajo de muchos miembros policiales o castrenses asignados a esta actividad sin entrenamiento especializado.


Es evidente que, si analizamos el caso, nuestra valiente compañera no tenía ninguna herramienta para prevenir el ataque. El vehículo no era blindado, no había una alerta temprana (que fácilmente hubiera detectado con anticipación a cinco personas cerca de la “costura “), no se implementó una logística protectora para reducir la exposición, entre otros aspectos.

(Puedes aprender más sobre la alerta temprana en este video:

Afortunadamente, en esta ocasión, su acción fue exitosa. Sin embargo, utilizar a los policías como escoltas sin la formación especializada en protección ejecutiva resulta fatal contra los agresores serios como lo demostró el reciente lamentable asesinato del candidato presidencial de Ecuador, Fernando Villavicencio. La protección ejecutiva es una profesión sui generis con una metodología, enfoque y herramientas propias que no debe confundirse con otras ramas de seguridad a pesar de tener similitudes. Solo así podemos hacer que esta profesión sea más segura tanto para los protegidos como para los protectores.

El asesinato del alcalde de Manta: Un llamado a fortalecer la contra vigilancia

Hemos insistido en múltiples ocasiones que la contra vigilancia es la medida más efectiva para prevenir todo tipo de ataques contra ejecutivos y personas de alto impacto crítico. Además, hemos enfatizado que esta medida es ampliamente desconocida y subutilizada, lo cual representa un grave error estratégico y facilita el trabajo de los delincuentes.

El Poder de la Contravigilancia: Lo que los Criminales Temen Más que las Armas

En casos como el atentado contra Norberto Rivera en 2018, el Secretario de Seguridad Ciudadana, Omar García Harfuch, en 2020, el empresario Eduardo Beaven en 2021 y Gabriela Sanches y Ciro Gómez Leyva en 2022 (todos en México), las investigaciones posteriores revelaron que las víctimas habían sido objeto de vigilancia hostil durante meses previos al ataque, sin ser detectados a tiempo.

Otro lamentable ejemplo ocurrió recientemente el 23 de julio en Ecuador, cuando el popular alcalde de Manta, Agustín Intriago, fue asesinado durante un evento público en el barrio 15 de Septiembre en Manta, provincia de Manabí.

Semanas después, la Policía de Ecuador reveló que la víctima había sido seguida durante varios días por una camioneta azul que se hacía pasar por vendedora de agua en bidones.

Este vehículo seguía al alcalde a todas partes, hasta el último día en que fue asesinado, proporcionando constantemente información y guiando al asesino.

Este trágico incidente refuerza una vez más la necesidad de enfocar nuestros esfuerzos en la contra vigilancia, en lugar de reaccionar únicamente ante los ataques. Los agresores deben vigilar y analizar a su víctima durante un período prolongado antes de actuar, lo cual brinda una oportunidad perfecta para detectarlos y frustrar la agresión antes de que ocurra.

Si hubiera existido un equipo de contra vigilancia, habría sido fácil detectar una camioneta de supuestos vendedores de agua que se movía prácticamente todos los días cerca del alcalde. Esto nos muestra en una situación real lo sencillo y efectivo que habría sido aplicar la contra vigilancia para salvar vidas. Es imperativo cambiar el enfoque de la operación hacia la contra vigilancia y la alerta temprana, ya que la protección basada únicamente en la reacción resulta fatal.

Ocho lecciones extraídas del asesinato de Fernando Villavicencio

Fernando Villavicencio, aspirante a la presidencia de Ecuador, encontró su trágico final el miércoles 9 de agosto a las 18:20 horas locales, tras un acto de campaña llevado a cabo en el colegio Anderson de Quito.

Inmediatamente antes de abordar su vehículo, flanqueado por escoltas adscritos a la Policía Nacional, Villavicencio, un periodista de 59 años, fue mortalmente herido por disparos. Sus agresores desataron una lluvia de al menos 40 balas, y sus protectores no tuvieron oportunidad de salvaguardarlo. Este suceso reitera la urgencia de abordar la crisis conceptual y operativa que afecta a la Protección Ejecutiva a nivel mundial.

A pesar de la falta de información para realizar un análisis completo, podemos extraer al menos ocho lecciones de este luctuoso incidente:

1. Un operativo basado en acompañantes armados que esperan para reaccionar es fatal.

2. Los policías no son adecuados para proveer protección ejecutiva a menos que hayan recibido formación especializada. La labor policial o militar y la protección ejecutiva son profesiones distintas, y aunque algunas competencias pueden ser útiles en ambas, la Protección Ejecutiva es una profesión única con una metodología y doctrina propia que requiere una formación altamente especializada. Incluir a policías en este operativo sin la capacitación adecuada fue una improvisación peligrosa.

3. Las armas son muy efectivas para atacar a un ejecutivo, pero prácticamente ineficaces para su defensa. Aunque se argumente que, dado que las armas de fuego se utilizan en casi todos los ataques, son indispensables para la defensa, los hechos no respaldan esta afirmación, tal como se demostró una vez más en este atentado. Además, en un estudio de 132 ataques a prominentes figuras públicas en más de 60 países durante los últimos 123 años, las armas de fuego sólo fueron efectivas para defender a los ejecutivos en el 3.79% de los casos. https://ivanivanovich.com/armas-de-fuego-en-la-proteccion-ejecutiva/ 

4. “Las costuras” siguen siendo los puntos más críticos en una operación de protección ejecutiva y deben ser planeadas y realizadas con la máxima atención. Las costuras son los momentos en los que una persona está más expuesta a un ambiente de mayor riesgo, generalmente al salir o antes de entrar a un vehículo. Son los escenarios donde ocurre la gran mayoría de los ataques. Lo hemos analizado con más detalles en este video:

5. Los vehículos blindados son esenciales para reducir los riesgos a los ejecutivos. Estas unidades reducen los riesgos en traslados y pueden proporcionar refugio y evacuación en momentos críticos. Uno de los factores clave que salvó la vida del Presidente Reagan durante el atentado de 1980 fue la presencia de un vehículo blindado.

6. Si se identifican los grupos que ponen en peligro al ejecutivo (como fue el caso), la inteligencia sobre estos grupos es fundamental para prevenir el ataque. Esta medida, y no las armas, podría haber salvado la vida del candidato.

7. No se puede combatir una amenaza no convencional con medios convencionales. Los atacantes se camuflaron en la multitud, mientras que los protectores eran fácilmente identificables incluso con uniformes de policía, convirtiéndose en blancos fáciles. En los eventos públicos la aplicación de los agentes sombra dentro de la multitud es esencial para reducir los riesgos como lo expliqué en este video:

8. El concepto de protección cercana es ineficaz y peligroso, ya que cuando llega el momento de proteger de cerca, todo está perdido. Se debería haber implementado la contravigilancia para detectar las actividades hostiles con anticipación y se deberían haber definido los lugares desde donde actuarían los posibles agresores alrededor de las “costuras” para monitorear estas zonas con anticipación, alertar y sorprender a los agresores- en lugar de solamente confiarse en la reacción que resultó, como casi siempre- inefectiva. Por esto urge cambiar el concepto de protección de cerca por la protección anticipada.

La protección ejecutiva que vemos en las películas es efectiva solo si no ocurre nada, pero se derrumba como un castillo de naipes ante cualquier situación real. Por tanto, es fundamental cambiar la forma en que concebimos y operamos nuestra profesión para que sea más segura tanto para los protegidos como para los protectores.

Los riesgos de la obediencia incondicional en Protección Ejecutiva: el peligroso ‘Si Patrón’

Protección Ejecutiva es probablemente la única profesión basada en usos y costumbres, improvisaciones, sesgos cognitivos y muy pocos estudios e investigaciones serias. La profesión pudo funcionar así por décadas en muchos países, ya que no pasaba nada y no se veía lo ineficiente y peligroso de esta pseudo metodología. Lamentablemente, México ya no es uno de estos países y solamente en el último año aquí fueron asesinados 9 ejecutivos y 15 de sus escoltas.

Uno de los conceptos que contribuye a este resultado funesto es sin duda
el “Si Patrón”. En este concepto, los escoltas básicamente siguen al ejecutivo, hacen lo que él o ella les diga, sin tener influencia alguna sobre las actitudes y/o actividad del protegido, algunos de los cuales elevan exponencialmente sus riesgos haciendo imposible protegerlos. Tal y como lo demostraron las mencionadas 24 lamentables muertes en México en el último año.

La mortal metodología “Si Patrón” se basa en tres premisas que son falaces total o parcialmente:

1. Estamos contratados para facilitar la vida del ejecutivo.
2. El que paga manda. El ejecutivo no aceptará las sugerencias, ya que él paga y se hace lo que él quiere.
3. No podemos cambiar el estilo de vida del ejecutivo.

Estos argumentos parecen contundentes si no fuera por los funestos resultados de su aplicación. Pero analicemos:

1. No estamos contratados para facilitar la vida de los ejecutivos, sino para gestionar y reducir sus riesgos. Si bien es cierto que muchas de nuestras actividades como “by product” facilitan la vida del ejecutivo, esto no es nuestro objetivo principal. Estamos contratados porque un estudio de seguridad demostró que el ejecutivo es vulnerable a ciertos riesgos, los que él mismo entiende y acepta, y nosotros estamos implementando las medidas necesarias para mitigarlos. De no ser así, nos llamaríamos “azafatas ejecutivas” y no protección ejecutiva. Ahora bien, es verdad que muchas actividades de comodidad del ejecutivo que podemos realizar ayudan a reducir los riesgos como lo explicamos en este video:

pero también hay muchas otras actividades de la misma naturaleza que pueden elevar los riesgos si se efectúan indiscriminadamente.

2. En la protección ejecutiva no aplica “el que paga manda”. Nuestra profesión es la actividad donde las vidas dependen de los protectores de la misma manera que las vidas de los pasajeros dependen del piloto de un avión, y ningún pasajero se pone a dar las órdenes al piloto de cómo dirigir el aparato, a pesar de que pagaron el boleto, o incluso si se tratase del mismísimo dueño de la aerolínea.

3. Nadie pretende cambiar el estilo de vida de los ejecutivos, solamente hacer los ajustes logísticos necesarios para gestionar sus riesgos. Esto son dos cosas muy distintas. Aquí algunos ejemplos: el empresario Adolfo Lagos fue asesinado en 2017 cuando sus escoltas trataban de defenderlo de un asalto mientras manejaba su bicicleta en una ruta con altos índices de este delito. Cambiarle el estilo de vida sería haberle dicho que deje de practicar ciclismo. Sugerirle una ruta con menores índices delictivos sería un ajuste logístico que reduce los riesgos solamente sin afectar el estilo de vida en si. El empresario Martín Rodríguez fue asesinado en 2021 al salir del gimnasio. Cambiar el estilo de vida sería haberle dicho que deje de ir al gimnasio. Sugerirle otras instalaciones que no implican tanta “costura” sería un ajuste logístico solamente. (Claro, por lo visto en este último caso muchas otras cosas serían requeridas).

La lista de las lamentables muertes causadas total o parcialmente por el concepto “Si Patrón” es muy larga. Es por esto que la Protección Ejecutiva moderna empieza estableciendo la colaboración del propio cliente. Por supuesto, esto requiere un nuevo conjunto de habilidades que son la comunicación, negociación y persuasión del usuario, algo muy distinto de las habilidades reactivas que tradicionalmente se relacionan con nuestra profesión.

Los ejecutivos, en su mayoría, son personas inteligentes y capaces que entienden las razones y conceptos bien fundamentados. Esto es un proceso de negociación y aceptación por convencimiento, no la imposición. Al menos, estas son nuestras experiencias de operar con los ejecutivos en LATAM durante casi 30 años. Claro, siempre habrá colegas que no puedan, no sepan, no quieran o simplemente no les interese este tipo de trabajo. Sin embargo, por lo visto en México solamente en el último año, lograr la colaboración con el ejecutivo no tiene alternativa para salvar vidas, tanto de los protegidos como de los protectores.

Atentado contra el Alcalde de Concordia: La improvisación en la Protección Ejecutiva cobra la vida de tres protectores

El viernes 9 de junio, tres escoltas del alcalde de La Concordia, Chiapas, Miguel Ángel Córdova Ochoa, fueron asesinados cuando un grupo armado atacó su vehículo en la ciudad de Tuxtla Gutiérrez.

Cuando ocurren este tipo de lamentables incidentes, la información que se recibe en los medios de comunicación no suele ser muy fiable, ya que se replican las primeras versiones de los hechos sin hacer una investigación adecuada, lo que puede resultar en información errónea. La mayoría de los periódicos manejaron la historia de que el alcalde viajaba en el vehículo en el momento del ataque y que logró salir y resguardarse ileso en la escuela, todo esto bajo fuego que mató a tres de sus protectores, lo cual es inverosímil. Lo que ocurrió en realidad es que el alcalde ya había llegado a la escuela y se encontraba dentro de las instalaciones cuando su camioneta Suburban fue atacada.

Aunque aún hay muchas incógnitas en torno al caso, algunas conclusiones son evidentes:

– La implementación de vehículos blindados es fundamental para reducir significativamente los riesgos en este tipo de circunstancias operativas.
– Basar la protección ejecutiva únicamente en la implementación de acompañantes armados es mortal.
– La protección de cerca por sí sola es totalmente ineficaz.
– La contra vigilancia y la alerta temprana son esenciales para reducir los riesgos y salvar vidas.

En los últimos 10 meses, 11 protectores han perdido la vida en México en operaciones improvisadas, basadas en la protección de cerca y el uso de acompañantes armados que históricamente se han mostrado ineficientes. Solo un cambio en el enfoque operativo que priorice la inteligencia y la protección anticipada puede hacer que esta profesión sea más segura tanto para los protegidos como para los protectores.

Canciller alemán Olaf Scholz en riesgo: la falla en su protección personal

El canciller alemán Olaf Scholz se ha unido a la lista de líderes mundiales que han sufrido fallas en su protección personal. Este incidente, que ocurrió recientemente en el aeropuerto de Frankfurt, ha puesto en evidencia la vulnerabilidad de los líderes mundiales en un mundo cada vez más peligroso. Emmanuel Macron, Iván Duque, Gabriel Boric, el rey Carlos III de Inglaterra y muchos otros líderes han experimentado ataques similares, demostrando que el concepto de protección ejecutiva tradicional está obsoleto y es ineficaz en la actualidad.

En el caso de Olaf Scholz, un conductor desconocido se unió al convoy del canciller alemán sin que nadie lo detectara. El conductor logró llegar hasta la pista de despegue donde se encontraba la aeronave del canciller y abrazó a Scholz sin que sus agentes de protección pudieran intervenir a tiempo.

Es preocupante que a pesar de la gran cantidad de vehículos y motocicletas que forman el convoy del canciller, nadie se percató de la presencia del vehículo no registrado. Esto demuestra que una protección numerosa no necesariamente es efectiva. En cambio, grupos más pequeños y bien comunicados que operan en diferentes círculos en la profundidad de la zona operativa pueden ser más eficaces al detectar anomalías con anticipación y alertar oportunamente.

La ineficacia de los convoyes aparatosos y obsoletos, estos “dinosaurios operativos ” de los años sesenta se ha demostrado en numerosos atentados en las últimas décadas, y este incidente en el aeropuerto de Frankfurt es una prueba más de sus limitaciones si no se cuenta con otros elementos operativos.

Además, los operativos de contravigilancia brillaron por su ausencia en este caso, ya que si hubiera habido un equipo de contravigilancia, el intruso habría sido identificado de inmediato. Finalmente, sería redundante comentar la falla de reacción al último momento del equipo de protección de cerca, ya que, como lo muestran las estadísticas, estos grupos históricamente fallan prácticamente cada vez que son puestos a prueba.

Es importante señalar que el equipo de protección del canciller debe tener cuidado de no considerar este incidente como una “puesta a punto” para ellos, ya que un incidente similar ocurrió unos meses antes del atentado contra el primer ministro serbio Zoran Djindjic.

En resumen, la falla de seguridad en el aeropuerto de Frankfurt que involucró al canciller alemán Olaf Scholz es una señal de que el sistema de protección ejecutiva actual está obsoleto y necesita ser modernizado y mejorado. Las formaciones diamante, las armas y los convoyes aparatosos ya no disuaden a los atacantes. Se requiere un cambio radical en la forma de entender y practicar la protección ejecutiva para reducir riesgos y salvar vidas tanto de los protegidos como de los protectores.

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