El canciller alemán Olaf Scholz se ha unido a la lista de líderes mundiales que han sufrido fallas en su protección personal. Este incidente, que ocurrió recientemente en el aeropuerto de Frankfurt, ha puesto en evidencia la vulnerabilidad de los líderes mundiales en un mundo cada vez más peligroso. Emmanuel Macron, Iván Duque, Gabriel Boric, el rey Carlos III de Inglaterra y muchos otros líderes han experimentado ataques similares, demostrando que el concepto de protección ejecutiva tradicional está obsoleto y es ineficaz en la actualidad.
En el caso de Olaf Scholz, un conductor desconocido se unió al convoy del canciller alemán sin que nadie lo detectara. El conductor logró llegar hasta la pista de despegue donde se encontraba la aeronave del canciller y abrazó a Scholz sin que sus agentes de protección pudieran intervenir a tiempo.
Es preocupante que a pesar de la gran cantidad de vehículos y motocicletas que forman el convoy del canciller, nadie se percató de la presencia del vehículo no registrado. Esto demuestra que una protección numerosa no necesariamente es efectiva. En cambio, grupos más pequeños y bien comunicados que operan en diferentes círculos en la profundidad de la zona operativa pueden ser más eficaces al detectar anomalías con anticipación y alertar oportunamente.
La ineficacia de los convoyes aparatosos y obsoletos, estos “dinosaurios operativos ” de los años sesenta se ha demostrado en numerosos atentados en las últimas décadas, y este incidente en el aeropuerto de Frankfurt es una prueba más de sus limitaciones si no se cuenta con otros elementos operativos.
Además, los operativos de contravigilancia brillaron por su ausencia en este caso, ya que si hubiera habido un equipo de contravigilancia, el intruso habría sido identificado de inmediato. Finalmente, sería redundante comentar la falla de reacción al último momento del equipo de protección de cerca, ya que, como lo muestran las estadísticas, estos grupos históricamente fallan prácticamente cada vez que son puestos a prueba.
Es importante señalar que el equipo de protección del canciller debe tener cuidado de no considerar este incidente como una “puesta a punto” para ellos, ya que un incidente similar ocurrió unos meses antes del atentado contra el primer ministro serbio Zoran Djindjic.
En resumen, la falla de seguridad en el aeropuerto de Frankfurt que involucró al canciller alemán Olaf Scholz es una señal de que el sistema de protección ejecutiva actual está obsoleto y necesita ser modernizado y mejorado. Las formaciones diamante, las armas y los convoyes aparatosos ya no disuaden a los atacantes. Se requiere un cambio radical en la forma de entender y practicar la protección ejecutiva para reducir riesgos y salvar vidas tanto de los protegidos como de los protectores.
